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domingo, 24 de febrero de 2013

Etapas de la Planeación Fiscal


Etapas de la planeación fiscal 

Como todo proceso, la planeación fiscal se lleva a cabo en distintas etapas (Sánchez, 2004). Cada fase es importante por lo que a continuación se explica en qué consiste cada una de ellas:
Análisis de la situación de la empresa. En esta etapa se debe revisar la información financiera, fiscal y jurídica del contribuyente, ya que dicha información es la base para la planeación, pues ayuda a identificar cuáles son las características particulares respecto de su capacidad financiera y operación.
Realizar un diagnóstico de la situación. En esta etapa se debe conocer la situación fiscal de la empresa. Se puede realizar, mediante entrevistas con los responsables del área fiscal, el responsable de la empresa, la recopilación de información y documentación que amparan operaciones y la observación de los procesos. Lo anterior, sirve de base para conocer si la empresa cumple con sus obligaciones fiscales relativas a la contabilidad, expedición de comprobantes, presentación de declaraciones, pago de contribuciones, etcétera.
Listar posibles alternativas. En esta etapa, tanto los asesores como los accionistas de las empresas deben trabajar en conjunto para la selección de la mejor estrategia. Algunas de las más comunes son: realizar ajustes de acuerdo con disposiciones fiscales para atenuar los pagos provisionales de Impuesto Sobre la Renta (ISR); buscar otras formas de pago diferentes a efectivo; efectuar ventas en abonos; realizar escisión de sociedades acorde con el CFF; aplicar la deducción inmediata de activos fijos; solicitar disminución de pagos provisionales; crear una asociación en participación, una copropiedad, un fideicomiso, empresa integradora, o, en su caso, ubicar al contribuyente en el régimen simplificado de ley, etcétera.
Selección de mejores alternativas. En esta fase se elige la estrategia más conveniente, la cual dependerá de la situación particular de la empresa. Al respecto, Belmares (1997) señala que no seleccionar las mejores alternativas constituye un error que debería ser reclamable a quienes administran una organización, pues implica desperdicio de recursos financieros o administrativos que perjudican el desarrollo de los negocios productivos. Esto se traduce en una economía improductiva, de desperdicio, lo cual también es censurable desde el punto de vista social. En la medida en que la alternativa elegida no quebrante la ley, el contribuyente se encuentra en plena libertad de seleccionar la más conveniente a sus intereses.
Implantación. En esta etapa, por lo general, se incurre en costos, los cuales tienen que ser menores al beneficio fiscal que la empresa espera obtener.
Una vez implantadas las estrategias es importante darles seguimiento, para lo cual se sugiere asignar a un responsable, quien verificará si los resultados presupuestados coinciden con los obtenidos; es decir, si el beneficio es acorde con lo que se estimó.
Cabe mencionar que la planeación fiscal debe realizarse en función de la realidad de cada contribuyente, ya que una estrategia que resulte útil para uno, no siempre lo es para otro.

Por: Jennifer Mul Encalada (Profesora de la Facultad de Contaduría y Administración Universidad Autónoma de Yucatán)

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